¿Qué es la ansiedad?
Es una respuesta normal de nuestro organismo ante situaciones de estrés o de peligro. Sentir un poco de nerviosismo o de miedo a la hora de prepararnos para un reto puede hacer que pensemos mejor, que nuestro corazón bombee más sangre a nuestro cerebro y, en general, que estemos más preparados para hacer frente a un reto.
La diferencia entre quienes sufren ansiedad patológica y quienes la tienen a niveles normales está en el grado. Una persona que tiene un trastorno psicológico sufre ansiedad no solo en momentos de estrés, sino también en los momentos de calma.
Se considera que alguien sufre un trastorno de ansiedad cuando sus síntomas interfieren de manera significativa en su calidad de vida y le impiden llevar a cabo su día a día con normalidad.
¿Qué son los trastornos de ansiedad?
Existen diversos, cada uno de ellos con diferentes características. Entre los más comunes se encuentran:
- El trastorno de ansiedad generalizada, que se caracteriza por una preocupación excesiva y constante acerca de todo tipo situaciones y eventos
- El trastorno de ansiedad social, que consiste en un miedo a ciertas situaciones sociales y al juicio de otras personas
- El trastorno de pánico, que se caracteriza por episodios de ataques de pánico y un miedo a padecer estos episodios
- El trastorno obsesivo compulsivo, que involucra pensamientos obsesivos recurrentes y comportamientos compulsivos.
Estos son solo algunos de los trastornos, pero la ansiedad como síntoma también puede estar presente en otros trastornos como por ejemplo la depresión. De hecho, estas problemáticas son una de las condiciones de salud mental más comunes en todo el mundo.
¿Cuáles son los síntomas de la ansiedad?
La ansiedad tiene manifestaciones tanto físicas como psíquicas. A nivel subjetivo, muchas personas describen tener una sensación de nerviosismo constante o la sensación de que algo malo va a pasar en cualquier momento. Es por ello por lo que muchas personas que sufren ansiedad se alteran ante cosas pequeñas y se sienten desbordadas ante pequeños inconvenientes.
La ansiedad tiene como función el ayudarnos a hacer frente a las amenazas con las que nos podamos encontrar. Por esto, uno de los síntomas más comunes de la ansiedad es la sensación de que la cabeza no para, incluso por las noches.
Las personas con ansiedad siempre están dándole vueltas a algún asunto, intentando solucionar cosas en su cabeza, preocupándose por algo que puede suceder en el futuro o arrepintiéndose por algo que sucedió en el pasado.
Finalmente, aunque no menos importante, la ansiedad se nota en el cuerpo. Las palpitaciones, la sensación de falta de aire y los temblores son algunos de los síntomas más comunes. Al suponer la ansiedad un gasto inmenso de energía para el cuerpo y para el cerebro, algunos pacientes también sienten mucho cansancio y agotamiento mental, y se sienten incapaces de disfrutar del día a día.
- Nerviosismo constante
- Sensación de peligro inminente
- Sobrepreocupación
- Sensación de falta de aire
- Taquicardia
- Temblores
- Agotamiento mental
¿Sufres alguno de estos síntomas? Pide ayuda. En ADP Psicología queremos ayudarte.
Causas de la ansiedad
La ansiedad tiene numerosas causas biológicas, psicológicas y sociales, por lo que reducir el fenómeno de la ansiedad a una sola razón es una tarea imposible.
Algunas personas, por su genética, son más propensas a sufrir ansiedad que otras. Nuestra personalidad también influye mucho en el desarrollo de la ansiedad, y es que las personas que tienden a ser controladoras o perfeccionistas tienden a ser también más ansiosas.
Pero sin duda el factor más influyente a la hora del desarrollo de la ansiedad son las experiencias pasadas de las personas. Las situaciones estresantes, la educación recibida, los cambios vitales, el entorno laboral y el contexto en el que nos movemos en nuestro día a día… Todas estas experiencias tienen una influencia inmensa en el desarrollo de un trastorno de ansiedad.
Tratamiento para la ansiedad
Nuestra experiencia trabajando con estos trastornos nos ha hecho darnos cuenta de que no existe una única fórmula para abordar la ansiedad. En algún momento de nuestras vidas aprendimos a gestionar los problemas de manera desadaptativa, y apareció la ansiedad. Por tanto, en psicoterapia tratamos de localizar esos aprendizajes y ofrecerle a las personas maneras mas adaptativas y sanas de lidiar con las situaciones estresantes y con la incertidumbre. Para ello empleamos una combinación de terapia cognitivo-conductual y Terapia Focalizada en las Emociones.
Terapia cognitivo-conductual para la ansiedad
Si la ansiedad es la sobreestimación de un peligro imaginado, el tratamiento de la ansiedad pasa por corregir todos aquellos pensamientos catastróficos y distorsionados que llevan a las personas a sobreestimar la posibilidad de un peligro real. Para ello, los psicólogos buscamos flexibilizar los pensamientos de las personas.
Por otro lado, ya que la ansiedad es una respuesta automática de nuestro cuerpo, no basta solo con modificar nuestros pensamientos. Debemos ser capaces de comunicarle a nuestro cuerpo que no es necesario estar en alerta, algo que se logra mediante diferentes técnicas conductuales. Mediante el análisis de los detonantes de la ansiedad y de sus factores mantenedores, los psicólogos proponemos a nuestros pacientes cambios en sus vidas para que la ansiedad pierda fuerza.
De la unión entre lo cognitivo y lo conductual nace la terapia cognitivo-conductual, que goza de la mayor evidencia empírica a su favor a la hora de tratar los distintos esta problemática. Sin embargo, algunas personas encuentran que la terapia cognitivo-conductual se centra tanto en los objetivos que puede llegar a resultar impersonal.
Terapia focalizada en las emociones para la ansiedad
A veces, no basta con modificar patrones de pensamiento o cambiar ciertas conductas para superar la ansiedad. De acuerdo con la terapia humanista, la ansiedad no es solamente un trastorno, sino que es más bien la manifestación psíquica de un malestar profundo.
Algunas terapias no indagan lo suficiente en el malestar interno de las personas, por lo que la ansiedad solo se llega a tratar de manera superficial. De este modo, la persona aprende estrategias para calmar su ansiedad y para hacer frente a los pensamientos catastróficos, pero el malestar interno que hay de base nunca es abordado. Es por este motivo por el cual algunas personas ven que la ansiedad se les vuelve a repetir en diversos momentos de su vida e incluso con manifestaciones diferentes.
A través de la exploración y la validación de las experiencias vividas, la terapia humanista busca ahondar en los motivos detrás de la ansiedad. Exploramos el pasado de las personas para dar significado y ponerle palabras a las experiencias internas de las personas. El poder dar significado y poner palabras a las experiencias internas de las personas resulta increíblemente sanador, ya que cuando las personas comprenden bien su malestar, éste deja de tener el control sobre sus vidas.